Malas vibraciones las vividas ayer en el Sardinero. Aunque no me pude quedar hasta el final del partido (me marché tras el gol del empate de Stuani porque tenía partido con Mecal), sí me dio tiempo a ver muchas de las carencias de este equipo.
Para empezar, el entrenador. O los entrenadores. Pero me dirijo a Juanjo Gonzalez porque es la cabeza visible del triunvirato que forma con Fede Castaños y Pablo Pinillos. Pues es quien tiene la última palabra. Que los dos fichajes que ha traído para conseguir la permanencia no jueguen ayer ni un solo minuto es grave. Babacar por lo menos calentó, pero Gullón no estaba ni convocado.
Otro error clamoroso, que se demostró en cuanto pisó el campo, fue el dejar en el banquillo a Jairo en detrimento de Pedro Munitis. Jairo es indispensable en este equipo y es un lujo prescindir de él. Sobre todo cuando está visto que Munitis ya no es el que era. Pone muchas ganas y lo da todo, pero eso no es suficiente para un equipo que está luchando por no descender.
Luego yerra en los cambios. A mi modo de ver, el primer cambio debió de ser el de Acosta. El hombre está muy mal físicamente y es una pena, porque calidad tiene para aburrir. Cámbiale por Jairo, pero antes, no esperes al minuto 78. La idea de Kennedy no era mala si hubiera quedado poco tiempo y hubiéramos tenido que ir a la desesperada a colgar balones. El segundo cambio podría haber sido Colsa por Munitis. Pasando Jairo a banda y Adrián a la delantera. Y el último, si ves que Pape no esta cuajando un buen partido, quítale y pon a Babacar, pasando Adrian de nuevo a la media.
Otro de los factores que hizo que el equipo no estuviera a la altura fue la ausencia de Domingo Cisma (fue expulsado por doble amarilla en el Bernabéu). Pues su recambio natural, Christian, no estuvo a la altura.
A pesar de comenzar dominando el encuentro, el Racing se vio superado por un Sporting llevado en volandas por su afición. Los casi 2.000 sportinguistas que acudieron al Sardinero no dejaron de animar en todo el partido. Y en eso nos ganaron también. Pues nuestra afición es de lo más triste (salvo La gradona) que se puede ver en un campo. Solo se anima cuando van bien las cosas, que es cuando menos falta hace... Y eso es triste, hay que animar. Cuando acabe el partido, si no se esta de acuerdo con lo que se ha hecho se pita, pero durante los 90 minutos hay que apoyar al equipo.
El gol de ellos vino por una ¿falta? de Bernardo que Toño nada pudo hacer por detener. El Racing ponía corazón... pero sin cabeza. Y aunque hubo alguna ocasión para poner las tablas, al descanso se llegó con la desventaja del gol de Barral.
Cuando ya nos íbamos a ir Txema y yo (que fue quien vino conmigo al partido) el Racing encadenó una serie de jugadas de peligro que terminarían en gol. Primero "vemos la falta y nos vamos". Balón a córner. "Vemos el córner y nos vamos". Penalty. "Vemos el penalty y nos vamos". Gol de Stuani. Lo celebramos y nos fuimos. Qué rabia me dio irme del partido cuando, a priori, comenzaba lo mejor. Así que a escucharlo por la radio mientras íbamos al pabellón.
Al final un punto que viendo el partido no es ni tan malo... Mejor un punto que perder. Eso está claro. Pero para hacer bueno este punto hay que ganar la semana que viene en Vallecas.
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