Disfrazados de dibujos animados en el funeral de su hijo

Hay historias que te marcan. Que emocionan. Que te hacen ver que en nuestro paso por este mundo se pasan muchas calamidades pero que debemos mirar al frente y seguir adelante.

El pequeño Bailey Massey, de Rotherham (Inglaterra), falleció a los nueve meses de nacer. Tenía una extraña enfermedad hepática (atresia biliar) y era el tercer trasplante de hígado que le hacían.

En la primera operación fue el hígado de su propio padre, Simon, el que le trasplantaron, pero éste fue rechazado tras la intervención. Hubo que esperar un segundo trasplante, que también fracasó debido a inconvenientes con la sangre. Se consiguió un tercer donante, pero Bailey murió durante la cirugía.

La familia, a pesar de la tragedia, decidió despedir a su hijo de la manera más especial posible.  "Queríamos hacer algo especial y pensé que sería bonito si Bailey estaba rodeado de sus personajes favoritos en su camino a la iglesia. Él disfrutaba y se reía con La casa de Mickey Mouse. No sonaba tan chocante y muchas personas en la calle se detuvieron, miraron y presentaron sus respetos cuando entramos", contaba Lidsay, su madre, de 24 años.

"La iglesia estaba llena y había un montón de gente que no conocíamos. Mi padre lo llevó de la casa al coche fúnebre y luego dentro y fuera de la iglesia. Fue un homenaje a nuestro hijo y todos tuvieron su rol. El cortejo se extendió por 1,6 kilómetros.El director de la funeraria dijo que nunca había hecho algo así antes", afirmó el padre de Bailey.

"Bailey era un bebé hermoso y era un placer tenerlo. Desde que murió, la gente nos ha dicho que se colocó en la lista de donantes, y esa es la mejor noticia que podemos escuchar. Toda nuestra familia está en la lista también", aseguraba su abuela, Kathryn.

Al menos un hecho triste sirvió para que unas cuantas personas se concienciaran de lo positivo de apuntarse como donante de órganos. Yo desde luego que lo voy a hacer. ¿Para qué necesitaré mis órganos una vez muerto? Mejor que haya gente que pueda beneficiarse de ellos para seguir viviendo.