Los nuevos

Toño, Mario, Álvaro González, Bernardo, Christian Fernández, Domingo Cisma, Francis, Picón, Marc Torrejón, Osmar, Adrián, Arana, Colsa, Edu Bedia, Kennedy, Diop, Marcos Gullón, Acosta, Stuani, Luque, Munitis y Babacar. Estos son los veintidós hombres que nos tienen que dar la salvación.

Pues tras el cierre del mercado de fichajes, tras las salidas de Oscar Serrano (Levante) -ver despedida-, Ariel Nahuelpan (Liga de Quito) -leer noticia- y Tziolis (Mónaco) -leer noticia-, el Racing solo incorporó a dos jugadores: Marcos Gullón, mediocampista procedente del Villarreal, y Khouma Babacar, ariete cedido por la Fiorentina.

El primero de ellos, Gullón, me parece buen fichaje. Estoy seguro de que más que Tziolis aportará. Además viene en propiedad y es jovén (23 años). No ha llegado a explotar con el primer equipo castellonense, pero era capitán del filial y uno de los mejores jugadores de segunda división. Con partidos y confianza creo que podremos ver en el Sardinero a un buen mediocentro.

En cuanto al senegalés, es joven y con talento, pero no es, a mi modo de ver, lo que necesitaba el Racing porque llega en calidad de cedido tras haber disputado pocos partidos con el conjunto de Florencia. Con las arcas del club en el estado que están, fichar un jugador es muy complicado. Y si es un 9 más todavía. Seguro que no estaba entre las diez primeras opciones de Juanjo González. No había salido su nombre en ningún sitio (bueno, se había oído el interés del Granada -leer- y la canción de Kate Ryan -oír-). Su fichaje ha sido toda una sorpresa.

Aunque con Giovanni Dos Santos al principio también fui escéptico. Pero se sabía de su calidad, el problema venía por que era un fiestas. Tras darle minutos, resultó ser uno de los mejores jugadores que han vestido la camiseta del Racing.

Esto es lo que hay. Si queremos que el equipo se salve tenemos que estar a muerte con estos jugadores y darles nuestro apoyo. Va a ser una misión difícil, pero ¿quién nos iba a decir que a mitad de la liga estaríamos fuera de los puestos de descenso? De aquí al final, hay que hacer de el Sardinero un campo inexpugnable. Animando igual que cuando Bernardo marcó el domingo el gol del empate. Hasta ese momento en el campo solo se oían el triscar de las pipas y la Gradona, y eso no es suficiente.