Desde que el 7 de marzo publicara mi última entrada en el blog , han pasado muchas cosas. La primera y más importante: ya no vivo en Oruña. Tras una (muy) mala experiencia, tuvimos que salir por patas de aquella casa. Y es que con menuda casera fuimos a dar. Así que, amigüitos, os recomiendo que los experimentos ni con Casera.
Afortunadamente, todo pasó y, por el momento (cruzo los dedos, toco madera y paso mi propia calva por mi chepa) ahora estamos de maravilla en Bezana (donde tantos años jugué en la Peña Respuela). Un piso más bien pequeño, pero que para dos que somos está de maravilla. Además, el casero es supermajo. Él y sus padres, quienes, como ya nos aseveraron, son muy atentos y detallistas.
El día antes de abandonar Oruña (el 8 de abril), llamé a Movistar para solicitar un traslado de línea a un nuevo domicilio. Me dijeron que un plazo máximo de 10 días se llevaría a cabo. Soprprendido me quedé cuando al día siguiente me llamaron para decirme que el técnico podía ir ya. Les tuve que decir que no, pues hasta las 20.00 horas de esa tarde no firmabamos el contrato. Así que lo pospusimos para el 10.
Efectivamente, el día 10 de abril un técnico vino a casa. Tras varias comprobaciones, se marchó alegando un problema que resolverían desde la central. Como no teníamos noticias, llamamos el lunes (día 14) para ver cómo se encontraba la gestión. La chica que me atendió, me dijo que los datos aun no habían sido volcados, por lo que no me podía dar una explicación. Al día siguiente volví a llamar. En esta ocasión la respuesta fue que estaba en trámite, que estaba dentro del plazo de 10 días establecido.
Los días pasaban y nadie de Movistar se ponía en contacto con nosotros, por lo que volvímos a llamar. En esta ocasión ya eran 20 los días que había de plazo para efectuarse el traslado. La próxima vez que llamamos al 1004, el tiempo que marca el protocolo era ya de ¡30 días! Eso sí, nos aseguraron que el día 8 de mayo ya teníamos que tenerlo efectuado. A la vez, pusimos una reclamación por el tiempo que habíamos estado sin poder hacer uso de los servicios pagados, para que nos lo abonaran.
Como os podéis imaginar, el día 8 aun seguía sin internet ni teléfono. Esa vez ya llamé muy mosqueado. Les amenacé con darme de baja si el viernes 9 no tenía el traslado efectuado, a pesar de tener permanencia (190 € de penalización me cobrarían si la llevara a cabo por tener Fusión con la línea y el ADSL más el móvil). Nada, el día 9 tampoco. Así que, ya harto, llamé más mosquedo aun. Si el lunes no tengo internet, corto por lo sano.
Visto el caso que me hacían, llamé a ONO y me dí de alta. En el peor de los casos, iba a estar un mes pagando dos cuotas de ADSL, pero opté por asegurar. Para el martes/miércoles tendría internet con ellos. Mi cuñada, experta en temas jurídicos/administrativos, me dijo que hacer con Movistar para que no me cobraran penalización al darme de baja. Como se lo sabe muy bien, preferí que hablara ella directamente con Movistar.
Tras haberla dado largas, haberla dejado largos ratos en espera, no haberla querido pasar con su coordinadora, poner una reclamación a la operadora y demás obstáculos, por fin pudo dar de baja la línea y el ADSL. Dentro de poco menos de un mes, me cambiaré de compañía de móvil también, pues no quiero saber nada de Timostar.
Así que, gracias a que este mediodía me llegara el router de ONO, puedo volver a escribir en el blog. Un blog que espero se llene de vida a partir de ahora. De no haber sido por Ferry y sus crónicas de Rochí, hubiera estado más muerto que el primer dinosaurio que nació.
Y como nació el primer dinosaurio? Esa es mi cuestión...
ResponderEliminarHay diferentes teorías. La más aclamada es la de que el primer dinosaurio fue creado por Jordi Hurtado para el concurso de ciencias.
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