Hace unas semanas, los padres de Iune grabaron a su hija mientras dibujaba. La pequeña, que estaba pintando tranquilamente (o estudiando, como ella dice), al ver que su mascota interrumpía su entretenimiento, le echó la bronca a su pollito con mucha gracia y ternura.
La que la ha liado ha sido la simpatía de esta niña, una ricura de dos añucos que está haciendo sonreír a cientos de miles de personas al haberse extendido como la pólvora. Saltó del grupo de Whatsapp que tienen sus padres con los amigos hasta hacerse viral por su cuenta sin que sus autores se dieran cuenta. Si lo ves, entenderás porqué.
Los padres, al ver en Facebook el vídeo de su hija alucinaron. Lejos de llevarse mal rato, decidieron subir a YouTube una versión extendida del vídeo que en vez de 50 segundos dura dos minutos: "Bueno puesto que esto parece imparable hemos decidido, mamá y papá, subir el vídeo original y completo".
Algo tan entrañable tenía que ser compartido. Pero creo que debía haber sido decisión de los padres. El amigo que decidió reenviar el vídeo de la niña, debió haber preguntado antes a sus papás. El decidir subir una grabación de un menor de edad que no conoces sin autorización, no está bien. Aunque entiendo perfectamente la "necesidad" de hacer que la gente disfrutara con la terneza que desprende Iune. Mal, pero bien.
Comentarios:
Publicar un comentario