Hoy en eldiariomontanes.com me he encontrado con esta noticia:
"Tenía su propio día, su propia cofradía y, por supuesto, su propio club de fans en Facebook. Pero a la sidra de Cantabria le faltaba lo que él pretende darle: el impulso definitivo hacia su comercialización. Propietario de un lagar en Renedo de Piélagos y dueño de un proyecto que otros vieron abocado al fracaso, Jesús Gómez Solórzano está a punto de lanzar al mercado 50.000 botellas y convertirse, de esta manera, en un serio competidor de la tradicional sidra asturiana. En otro más, porque si a alguien le cabe el honor de haber colocado este producto en la calle es al lebaniego Germán Busqué, el otro cántabro con registro sanitario para comercializar sidra, actualmente en Francia aprendiendo a hacer aguardiente de sidra.
Cuando eso ocurra, cuando comience la distribución de esas 50.000 botellas de sidra de Somarroza (así se llama el lugar donde se elabora y así se llama el producto), Jesús habrá visto cumplido el objetivo con el que, hace dos años, levantó la pequeña fábrica donde hoy cosecha la manzana, la 'mallea' y la fermenta para su posterior embotellado y etiquetado. Un proceso que nace a las mismas puertas de su casa, donde el empresario -que el año pasado distribuyó 12.000 unidades- tiene plantados 700 manzanos repartidos en una sola hectárea de terreno y «traídos de Liébana», puntualiza.
Manzanos sidreros... y ecológicos. «No fumigamos ni usamos ningún pesticida porque la plantación está dada de alta en agricultura ecológica», asegura mientras señala un terreno en el que pastan una decena de ovejas. «Los manzanos están protegidos con mallas para que las ovejas no se los coman. Las tengo para que sieguen el campo, porque yo no tengo tiempo».
Jesús, al que «unos amigos lebaniegos» enseñaron el oficio hace 15 años, dice que el cuidado de los manzanos es «la parte más importante del proceso». Los suyos son jóvenes. Aún deben crecer para poder dar frutos en abundancia. Sin embargo, entre la recogida en la última cosecha y la que le ha comprado, ha reunido manzana suficiente como para ponerse a producir. Sesenta toneladas. «No es mucho, teniendo en cuenta que una botella (70 centilitros de sidra) contiene el zumo de un kilo y medio de manzanas». Ahí, precisamente, radica la diferencia con la sidra industrial, «la que viene de Asturias», matiza. «Nosotros hacemos sidra de modo artesanal, mimamos el producto y, eso, al final, se nota».
La sidra que Jesús distribuirá próximamente en comercios de Santander, Torrelavega y Renedo, entre otros puntos, requiere de un exhaustivo control de fermentación. Enfrente de su pequeña huerta, Jesús ha levantado una fábrica con once depósitos de acero inoxidable en los que, durante tres meses, conserva el zumo a 12 grados de temperatura. Allí, también, tiene la planta de embotellado, el sistema de etiquetado y la cadena de distribución. Todo concentrado en un lugar que, reconoce, «se nos está quedando pequeño». A él, a su cuñado, a su primo y a su hijo. Una empresa familiar. Por eso, piensa «ampliar el lagar para plantar más manzanos» y aumentar la producción. «Creo que este negocio tiene mucho porvenir», dice esbozando una sonrisa. (SHEILA IZQUIERDO)"
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