El finde ha sido bastante productivo. Al salir el viernes, el domingo estábamos en condiciones de ir de domingueo. Excepto Inés, que la podíamos llamar Liéncres, siempre con resaca...
En principio íbamos a ir a Comillas, que era la feria del pincho. Pero como hacía malo, fuimos hacia el interior de nuestra infinita región. En concreto al valle de Soba y sus alrededores.
Subimos el puerto de Alisas. En la subida animamos a un ciclista, denominado "huevos de oro" por Carra. En el alto paramos a echar unas fotos.
Teníamos reservada mesa en el restaurante la Coventosa, de Arredondo. Aunque al final no estaba en la capital del mundo, sino en Asón, a unos pocos kilómetros más.
El restaurante es muy recomendable, porque el aperitivo no le cobran. Nos pillamos unas cañas y una de rabas y a la hora de pagar se les olvido cobrárnoslo. Ya se lo dije yo a Carra cuando dijo de pedir que nos invitaran a unos chupitos.
Después de comer nos acercamos al nacimiento del río Asón. Y aunque la carretera estaba cortada, nos saltamos la prohibición. Porque somo unos temerarios, ¡no tememos a la muerte! Jajaja.
El que casi se nos muere es Carra, "atropellado" por Genoma. Y es que a Dani le sentó mal el vino de la comida... jaja.
Casi se muere Carrandi primero, y después nosotros de pulmonía. Pues la caladura que pillamos fue importante. Estos chicos de ciudad... Pero la que de verdad acabó en el hospital fue una señora que cuando volvíamos nosotros iba con su familia y al cruzar el riachuelo se calló y se le salió el hombro.
Tras la caladura paramos a repostar un cafetuco caliente para templar el cuerpo en La Gándara. Y aprovechamos para ver el también espectacular nacimiento del río Gándara.
En fin, un buen día de domingueros que pasamos. Ya pensando en hacer otra rutuca próximamente donde pasárnoslo, al menos, igual de bien que este domingo.
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