Wang Yue, una joven china de 23 años, estudiante de arte, ha causado una pequeña revolución en su localidad, Shijiazhuang. Utilizando los agujeros en los troncos de los árboles como lienzo, ha dispersado a lo largo y ancho de la ciudad su arte.
Cada pintura, hecha con témperas, tarda alrededor de dos horas en realizarla. Su obra ha recibido elogios en los medios de comunicación chinos y ha sido muy bien acogido por sus vecinos. Veamos algunos ejemplos de su obra:
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