viernes, 14 de diciembre de 2012

D.E.P. Carpio

Se nos ha ido a ordeñar las vacas y a segar los praus celestiales uno de los últimos auténticos pasiegos. Policarpio Sainz "Carpio", hasta hace unos días moraba en una cabaña en La Braguía sin agua y sin luz. A pesar de no contar con las prestaciones de una casa normal, Carpio vivía como quería. 


Sus vacas eran su vida. Su familia. Tan solo las dejaba sola una vez al mes cuando bajaba a Selaya. Hasta hace tres semanas que las tuvo que abandonar forzosamente para acudir al médico por encontrarse en muy mal estado de salud.

Tres semanas que pasó en una cama. Algo en lo que jamás había descansado. Pero ayer, finalmente, el cáncer se lo llevó. Pero su espíritu seguirá en las praderas del puerto en el que el habitaba. Y en la memoria de los cántabros.

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