Voy a publicar el resto de días pendientes de mi diario de viaje a Italia. No lo he podido llevar al día porque en los hoteles de Venecia y Pisa no tenía internet en la habitación como en Florencia, pero lo fui escribiendo en un cuadernillo, así que lo transcribo. Empiezo con el día que cambiamos Florencia por la mágica Venecia.
Hoy, jueves 14 de abril, ha sido el peor día, sin duda. Ha sido malo porque entre los virus que traía ya Nadia de Santander, que me los ha pegado, y el frío que cogí yo ayer por la mañana, estábamos griposos enteros. Tanto que son las 20.22 y ya estamos en la cama...
El día empezó durmiéndonos otra vez. Si el despertador sonó yo no lo oí. Así que me duché a todo correr y bajamos a desayunar. Hoy fui fiel a la tradición que empecé ayer y me volvía a pedir tortilla francesa con bacon, aderezado con un zumo de naranja, más un café de 0,50 € (la bebida extra te la cobraban). Y Nadia lo mismo de los días anteriores.
Después de desayunar subimos a lavarnos los dientes, a acabarnos de arreglar y a hacer la maleta, pues a las 10 teníamos que hacer el check-out.
Fuimos a la estación de Santa María Novella a enterarnos donde teníamos que coger el tren, pues el tren a Venecia salía de Firenze Rifredi, otra parada.
Dejamos las maletas en la consigna, que costaba 4 € dejarlas hasta seis horas, y fuimos a dar nuestro último paseo por Florencia.
En la Plaza de la Señoría, haciendo una foto a uno de los leones que presiden la entrada a la Loggia dei Lanzi, donde se encuentran multitud de esculturas como el Perseo con la cabeza de Medusa, una señora me dijo que esos leones tenían mil novecientos años. Al principio en italiano, luego en inglés y cuando se enteró de que no capiscaba, en una especie de lengua romance que se asemejaba al español. Y es que la señora hizo un gran esfuerzo por recordar hablar en español, idioma que hace muchos años lo hablaaba bien según me contó.
Estuvimos por el Mercado del Porcellino, donde me hice yo una foto con el jabalí, ya que las otras veces que pasamos por allí no me la había hecho.
También aprovechamos para entrar a tiendas. Nadia se compró un "no se qué" de cosmética en Kiko y yo unas Converse azulitas por 51 €. E hicimos las últimas compras en los puestecitos.
Entramos también en el Mercato Centrale, tipo al de la plaza de la Esperanza de Santander, donde compramos unos dulces típicos de Florencia: Catuccini alla Mandorla. Nadia se tomó un café con leche enorme por 1,30 €.
Se iba acercando la hora de coger el tren, así que fuimos hacia la estación, donde comimos. Cogimos dos menús de una porción (que en tamaño eran dos, por lo menos) más nuggets, Nadia, y patatas yo, con una coca-cola para cada uno, por 6 euros cada menú.
Sacamos el billete para Firenze Rifredi y nos montamos en el tren. Era la primera parada. Hicimos el transbordo y fuimos a sentarnos. Cuando conseguimos dar con nuestros asientos, pues ni idea de que estaban numerados, resulta que estaban ocupados por una pareja. Los chicos se reían, pues al parecer les había pasado lo mismo con otra gente. Me enseñó la chica el billete y sí eran sus asientos. En ese momento ni se nos pasó por la cabeza porqué estaban ocupados...
Por suerte en los pasillos había en los laterales unos asientos abatibles, pero para 3 horas eran muy incómodos. En un compartimento vimos que había libres dos asientos. Preguntamos si podíamos sentarnos. Y allí nos quedamos todo el viaje.
Tuvimos suerte, porque la gente que nos tocó al lado era muy maja, sobre todo un señoruco muy simpático que hablaba mucho y una chica que había estado de Erasmus en Barcelona (por cierto, me tengo que enterar qué relación hay entre Florencia y la ciudad condal, porque España lo asocian enseguida con Barcelona). El señor hacía traducir nos a la chica, y entre una de las muchas cosas que habló, nos dijo que teníamos que ir a Nápoles, que era muy bonito.
Llegando a Pádova (Padua en castellano), pasó otra de las cosas por las que hoy fue el peor día de lo que llevábamos de viaje. Viene la interventora revisando los billetes. Le doy el nuestro. Lo va a ticar y en el último momento algo pasa. ¡Era para el día 11! No sé por qué extraña razón saqué el billete para ese día, porque la culpa es mia, que en la hoja de la reserva también ponía día 11. Y gracias que la chica fue "maja" y nos hizo pagar "solo" 114 €, lo que salía se Padua a Venecia. Exagerado el precio...
A eso de las 17.00 horas llegamos a la estación de Venecia. Entre el catarro y la mala hostia por el gasto imprevisto, ni me impresionó salir de la estación y ver aquella maravilla que tenía ante mis ojos: el Gran Canal de Venecia.
Sacamos la tarjeta Rolling Venice (4 €), con la que te hacían descuento en la Travel Card de Venecia, que de pagar 33 € que salían las 72 horas de pase, pagamos cada uno 22. No está nada mal.
Cogímos el vaporetto hacia el Lido, donde estaba nuestro hotel. No fuimos por el Gran Canal, para ello tendríamos que haber cogido la línea 1, pero vimos la Basílica de San Marcos, el Campanile, Santa María della Salute... pero apenas me impresionó, por estar como estaba.
Menos mal que sacamos el pase, pues según Ambrucio, cuando él estuvo, en ninguno de los viajes que dio le revisaron el billete. Como para habernos arriesgado, pues en el primer viaje que dimos hubo revisión.
Ya en el Lido, tras varias vueltas, una señora acertó a decirnos donde estaba nuestro hotel, el Byron (Booking.com). Después de la buena experiencia con el hotel de Florencia, este nos pareció una caca. Para empezar la puerta costaba Dios y ayuda abrirla (en un primer momento pensamos que se repetía la historia de Florencia), no había internet en la habitación, ni siquiera wi-fi gratis; la tele una mierda que solo tenia la tdt italiana y que tuve que hacer bricomanía para poder encenderla; la luz no iba, solo la de las mesitas de noche y el baño...
Una vez instalados bajamos a la calle en busca de una farmacia. Tras explicarle con gestos y sonidos nuestras dolencias, nos dieron Tachifludec (paracetamol). Cenamos y otra vez al hotel, a meternos a la cama después de tomar el sobre. A ver si mañana estamos mejor...
joer k putada lo del billete,ya me lo explicaras bien macho. Estas hecho un gastador jaja,si no gastas tu ya te obligan ellos a pagar,mae mia :S
ResponderEliminarfue un palo de la ostia...
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