Dedicada a Nández con cariño*:
Cántabros de braveza, Cantabria blindada,
Cántabros de alegría y Cantabria en el alma,
labradores de la tierra y pescadores del alba,
caminando tras el ganado, se han curtido tus caras.
Tus hijos exiliados en busca de un trabajo,
dejaron el corazón en un arcón olvidado,
humildes como la tierra y airosos como las alas,
forjados en los yunques de acerías Campurrianas.
Cántabros de lluvia y alma, Cántabros de casta,
Cántabros de dinamita, dueños del sudor y el ansia,
yugos nos quieren poner gentes de tierra extraña,
yugos que haremos arder lejos de nuestras espaldas.
¿Quién hablo de echar un yugo sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán jamás ni yugos ni trabas?
La muerte junto al tejo antes que se nos destierre,
antes que se nos escupa, antes que se nos afrente,
y antes que de entre las cenizas que de mi pueblo queden,
arrastrados sin remedio gritemos amargamente,
¡La tierra de mi vida!
¡La tierra de mi muerte!
* Nandez ha sido para mí como un padre. Yo creo que me ha "regañado" más veces incluso que mi verdero padre. Pero siempre sus consejos me han servido de mucho. Y como él dice, yo aún estoy en mecal gracias a él, ya que se opuso a que me echaran (hubo una época en la que prefería la fiesta al fútbol -hoy prefiero la siesta viendo fútbol-). Hemos discutido muchas veces a lo tonto jugando con Mecal. Hoy en día eso ya ha quedado atrás, ya no nos llevamos malos ratos por perder. Como sé que le gusta esta canción que ha descubierto en mi blog, para él va. Y aunque se me esté vasquizando desde que estudia en Bilbao, sé que es muy cántabro. Papá, digo Sergio, mi regalo del día del padre. A pesar de la canción de Mr. Been... ¡te quiero marciano cabrón!
P.D.: No he encontrado el poema de Miguél Hernández del que dices que se basa la canción.
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