martes, 2 de agosto de 2011

Mi primer dia como técnico de la ITV

A nadie se le escapa que en la ITV muchas veces pasan o rechazan a alguien por gusto. He aquí una historia que circula por la red acerca del primer día como técnico de este un empleado de dicha, como está de moda decir, "presunta" mafia.



Llego a la estación en la que voy a trabajar como técnico a las 7:00 de la mañana, con más sueño que vergüenza, entro en las oficinas y pregunto por quien me habían dicho que preguntara. Me hacen esperar porque el hombre todavía no había llegado.

7:30 de la mañana – Todavía nada, decido tomar un café de la máquina (muy bueno por cierto)

8:00 – me empiezo a preocupar ya que llevo sentado una hora, y todavía nadie ha llegado a la oficina. Decido preguntar a las señoritas que reciben los documentos de la gente, y su respuesta ha sido: “No te preocupes, hay días que son las 11 y todavía no ha llegado.”
Genial, me digo.

10:15 – Entra un señor en la oficina, me pregunta si soy Mr. X, pasa, me dice. Paso. En ningún momento se disculpa por haber llegado tarde ni lo menciona, el es el jefe y hace lo que quiere. This is Spain.

Mantenemos una animada charla sobre el trabajo, contrato y demás historias, y después llega la conversación interesante. Lo que pasa, y lo que no pasa una revisión, o mejor dicho, lo de quien pasa y lo de quien no pasa. Cito textualmente algunas de las perlas que ha soltado:

“Policía, guardia civil, bomberos o coches del ayuntamiento pasan hasta con 50 fallos graves.

Jovencito con coche modificado, a la mínima lo tiras.

Si no estás seguro de si algo pasa o no pasa, preguntas, y si ninguno lo sabe, no pasa.

A tus amigos o familiares o a tu coche les puedes pasar la revisión sin problemas, pero intenta que no se note.

Si viene una chica con minifalda y está cañón, ya sabes lo que tienes que hacer, y si puedes conseguir su teléfono, mejor.”

Mientras me enseñaba las instalaciones un coche de bomberos, el cual llevaba neumáticos diferentes en un mismo eje, pues bien, vista gorda y pa’ lante.

Minutos después a uno lo tiran por llevar unos latiguillos metálicos, a otro por no llevar la radio de serie, y a otro porque no se leía al 100% el número de homologación de las lunas tintadas.

Indignado, pero callando, el lunes tengo que empezar a trabajar en esta especie de “mafia“, pero ya se sabe, o callas, o calle, tu decides.

Y esta es la historia. Real o no, deja mucho que desear. No creo que sea falsa. Para ver los comentarios que circulan en torno a esta noticia, pincha aquí.

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