sábado, 3 de agosto de 2013

Pobre Racing

Cada vez que se oye algo del Racing, es algo malo. Nunca antes en la historia de este pequeño gran club, en sus 100 años de vida, había estado tan cerca de la desaparición. Y todo por culpa de unos impresentables que lo están desangrando, esos inhumanos hipócritas que están viendo a un moribundo y en lugar de hacer algo por ayudarle, pasan de largo como que no va la cosa con ellos. 


La última de los Harry, Botas y el inefable Pernía, el intento de soborno al Girona, del que ayer hablaron todos los medios tras adelantar Marca la noticia (leer). Un escándalo futbolístico más para el resto del mundo. Pero la puntilla para los racinguistas. Y racinguistas de pro, como Quique Setién, una auténtica institución dentro del club montañés, están hartos. Con este artículo que publicó en El País cuenta lo que siente:
Querido Racing, ¿qué te están haciendo? La inmensa mayoría del pueblo cántabro asiste una vez más impotente al nuevo maltrato de su institución más querida. Su nombre vuelve a las portadas acusado como un vil criminal. Ciertos o no los cargos, haya condena o no, ya no podemos evitar quedar manchados de nuevo, esta vez por tramposos.Un viejecito de 100 años que debería conmover no provoca ahora nada más que rechazo. Es triste, pero es así. No nos queda otra que llorar en silencio como esa madre a la que le dicen que su hijo ha matado a alguien. La reacción inmediata es negarlo, pero en nuestro caso ya no hay sorpresas inesperadas. 
Este nuevo delito, para nosotros, ya no es portada. Es uno más. Así vivimos desde hace años. Esperando noticias de este calibre. Muchos creen que lo mejor es que se muera, no hacerle sufrir más y esperar que el olvido borre la vergüenza. Otros, como yo, que debemos tratar de salvarle a toda costa, pedir disculpas, apechugar con las penas que nos impongan por el mal causado y recuperar el camino que tantas veces nos hizo sentir orgullosos. 
Y decirle a toda España que este Racing no es lo que están viendo. Que sentimos de verdad el perjuicio que estamos causando al fútbol. Que los que han secuestrado nuestro club no nos representan y que traten de vernos como un club noble, respetuoso y amante de este deporte como siempre lo fue. Y que ante semejantes ignominias que nos han tocado padecer no cerraremos los ojos y seguiremos adelante para que este anciano Racing no vuelva a caer en manos de indeseables.Confío que esta sea la última. Abrimos la puerta a iluminados y pendencieros sin escrúpulos, se les regaló decenas de millones que malgastaron con un descaro indignante, ni se les controló ni se les echó cuando fue posible y han mancillado repetidamente el nombre del Racing y de toda Cantabria para sonrojo de todos. Esto no puede continuar así. Por una vez deberíamos quitarnos la careta sin ambigüedades, olvidarnos de los intereses individuales de cada uno y pensar de verdad en el Racing. Leer en elpais.com 

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