Lo ocurrido ayer en Madrid a raíz de las protestas del 25S en los alrededores del Congreso, sigue dando que hablar. Son escalofriantes las imágenes que se vienen viendo (ver galería de El País) desde que, a eso de las 19.00 horas, comenzaran los primeros incidentes.
Incidentes en muchos casos provocados por manifestantes que nada o poco tienen que ver con el motivo de la convocatoria. Pero en muchos otros casos, incendiados por una policía sin escrúpulos. Si bien, una protesta de esta índole, para tenerse en cuenta, ha de ser realizada con respeto y sin violencia. Pero está visto que eso es una utopía de tal magnitud como que, entre otras cosas, el Gobierno cambie la ley electoral.
Se comenta que muchos de los manifestantes que provocan las contundentes cargas policiales son policías de paisano. ¿Su propósito? Deslegitimar el motivo de la manifestación. Así el Gobierno puede escudarse en que los manifestantes, a parte de perrofalutas, son unos vándalos que solo buscan el conflicto social.
No todos serán agentes disfrazados, claro que no. Pero como decía antes, muchos aprovechan estas ocasiones donde se reúnen miles de personas para parapetarse con el tumulto para hacer el vándalo. "Protesta" y "pacífica" parecen palabras que están destinadas a no entenderse.
Recalco, para ser escuchado no hace falta gritar, sino expresarse con claridad. No por crear caos, destruir mobiliario urbano o agredir a agentes de la policía, las propuestas serán escuchadas. Al contrario, serán tomadas como palabras vacías de gente violenta que quiere cambiar la sociedad por la fuerza.
Entiéndaseme cuando digo "no hace falta gritar". Claro que hay que gritar y protestar alto y claro por esta mierda de situación que estamos viviendo. Muy alto. Pero sin caer en la trampa de la violencia por la violencia. Se dice que a los policías se les han arrojado piedras, pilas, tornillos, latas... Motivos en contra para que pierda valor las protestas de aquellos que iniciaron la marcha hacia el Congreso desde la Plaza de España.
La policía tenía órdenes de tirar pa'lante en cuanto se revolviera la gente. Estoy convencido que tenían el objetivo claro de pegar palos a diestro y siniestro, sin importarles si los manifestantes eran pacíficos o unos folloneros. En caso de duda: palo. Hombre, mujer, jóven, mayor... Sin escrúpulos, a lo que se ponga por delante.
Pero, ¿la culpa de quién es? La actitud de la policía está siendo muy criticada últimamente. Bien que hayan de salvaguardar el orden, pero no con tal brutalidad. Entiendo que haya personajes que les incitan, pero si no es necesario, no entiendo cómo pueden tener la sangre fría de reventar a porrazos (con lo que eso duele) a quienes se interponga en su camino.
Y de ayer hay muchas historias. El diario El País ha hecho un gran seguimiento de lo ocurrido anoche en Madrid: emisión en directo de lo que estaba pasando, contando minuto a minuto lo que estaba sucediendo, publicando fotos, opiniones, reacciones... Y colgando vídeos como el siguiente (los pelos de punta):
Espero que ante futuras manifestaciones descienda considerablemente el nivel de violencia, tanto por parte de los congregados, como por parte de las fuerzas del orden, quienes no deben de aprovecharse de su superioridad para acabar con las protestas.
Que esto no cese, un cambio es necesario. Pero con la máxima de que, para cortar cabezas, hay que hacer las cosas con cabeza. Ahí queda eso.
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