Lo que queda del día

Hay una sección del programa La Ventana de la Cadena Ser que intento no perderme en cuando salgo del trabajo y me meto en el coche rumbo a donde quiera que vaya: Lo que queda del día, con Isaías Lafuente. En ella hacen un repaso de lo que ha dado de sí el día en cuestión. Os dejo el corte de hoy, que empieza sobre el minuto 16.55:

El vídeo del que hablan donde dañan la cámara del periodista Juan Ramón Robles lo podéis ver pinchando aquí. Como dice, "no he puesto ninguna denuncia porque el vídeo en sí ya es una denuncia". Y tanto que sí. Brutales las imágenes de la policía corriendo por los andenes pegando palos de forma indiscriminada, dándoles lo mismo si son viajeros o manifestantes. Un auténtico esperpento. Acaso, ¿eso es disolver una manifestación?

De traca es también lo de Rajoy y el PP. Dar la enhorabuena a quien no se manifiesta me parece lamentable, sobre todo teniendo que aguantar las palabras que soltaba por su boca cuando estaba en la oposición. De ahí que Sorayita diga que "cuando uno piensa lo que decía en la oposición ,a veces, se sonríe". No se sonríen, se ríen al son de todos nosotros. Cómo no se va a manifestar la gente...

Una sección, que a mi gusto, es una delicia. Aunque las noticias que recuerde sean deprimentes, el toque de sarcasmo y ironía que le inyecta Isaías Lafuente te hace verlas de otra manera, más ilusionante y reconfortante. 

Aunque por otra parte, esta sección la ponen a una hora en la que en la temporada pasada se oían voces de Cantabria. Al pobre Pedro Aresti le han recortado el tiempo en antena, con la consecuente eliminación del tiempo de tertulia más bueno que antes había. Sobre todo los miércoles, cuando eran los jóvenes los que tomaban la palabra y debatían sobre diversos temas.

Para cerrar la ventana, Carles Francino da paso a la historia viral del día. El Jaciton Post es el encargado de esta sección con la que termina el programa. Hoy nos trajeron la Ostrich Pillow, una almohada para dormir en la oficina (o donde pilles) muy curiosa... Ver vídeo promocional

Yo ahora no necesito la "almohada avestruz", pues yavestruz, me voy a la cama con la mía. Esa almohada, la pobre, que tiene que soportar una cabeza llena de ideas (casi todas sin fundamento) que por la mañana se han ido con los sueños. Desde aquí insto a toda la ciudadanía a que colaboren conmigo a recaudar fondos para hacer un monumento a las almohadas y su irreconocida labor social como psicólogas. Porque no acudir a un especialista es "muy cómodo". ¡Hasta mañana!