Allá por el treinta y cuatro tu primera comunión
una azada y dos guerras y en tu boca una oración
Día y noche trabajando desde que muriera padre
yo nunca te vi llorando lágrimas de pena o hambre.
Cinco hijos, cinco vidas que sacaste adelante
“es gracias a la santina” tú siempre decías, madre.
Nunca olvidare el día en el que dije en la ermita
cuando crezca y sea un hombre veras a tu virgencita.
Vete al huerto y corta flores,
ponte guapa y no me llores,
no me llores, madre mía,
que no te vea llorando esta tarde la santina.
Por las noches nos hablabas de lo guapa que era ella
y que estaba en Covadonga metidina en una cueva.
Que cuidaba de nosotros, de todos los asturianos
y con brillo en los ojos te miraban mis hermanos.
Nunca olvidare el día en el que dije en la ermita
cuando crezca y sea un hombre veras a tu virgencita.
Vete al huerto y corta flores
ponte guapa y no me llores,
no me llores madre mía,
que no te vea llorando esta tarde la santina.
que no te vea llorando esta tarde la santina.
José Fernando Agüeros Glez.Marzo 2.004
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